domingo, 6 de octubre de 2019

Sobre la proalimentacion (feedforward) en el proceso educativo



Dentro del proceso educativo, sobre todo a nivel de la educación superior, el proceso de evaluación es el tema de mayor discusión, dada la gran complejidad que este representa y los problemas que surgen a partir de él. En el intento de aproximarse a posibles soluciones, la comunidad científica educativa plantea diversas propuestas. A raíz de ello, en el último tiempo se vienen proponiendo nuevas concepciones sobre el propósito y los objetivos de la evaluación. En ese entendido, se especifican tareas que deben llevarse a cabo una vez es realizada la evaluación, para que en base a ellas se logre evidenciar el propósito que el proceso persigue. Una de estas tareas, que por cierto resulta ser la más conocida y tomada en cuenta, es la retroalimentación, la cual básicamente pretende ver hacia atrás (feedback) el desempeño en el proceso de aprendizaje, para puntualizar los errores cometidos y poder corregirlos. Sin embargo, se tiene otra tarea también muy importante que se debe llevar a cabo pero que por lo general no es muy tomada en cuenta, esta es la proalimentación (feedforward), tarea de la cual se detallará en las próximas líneas.

La proalimentación al igual que la retroalimentación son tareas que forman parte del proceso de evaluación. De acuerdo a ello, la proalimentación se considera como una tarea que aporta al aprendizaje, esto en base al planteamiento de actividades que refuerzan al conocimiento adquirido hasta antes de la evaluación, así mismo otorgan al estudiante, las competencias necesarias para complementar su estudio. A diferencia de la retroalimentación que principalmente tiene el propósito de corregir los errores cometidos durante la evaluación, la proalimentación es desarrollada para guiar a los estudiantes hacia situaciones o escenarios nuevos de aprendizaje, de manera que estos logren la transformación de la manera en que obtienen los conocimientos, a la vez que les permite profundizar en el estudio de un determinado tema.

Similar a la tarea de retroalimentación, la proalimentación se aplica como una tarea adicional y posterior a la evaluación realizada en cualquier etapa del proceso educativo, por lo que se prevé que con la proalimentación se dé lugar a la mejora continua durante y después del proceso de evaluación, entendiéndose este último como el proceso de dar información al estudiante sobre los resultados de su desempeño. Es entonces a partir de la información proporcionada al estudiante que se ve si este puede gestionarla y actuar en consecuencia. En caso de que sí, el estudiante está en condiciones de actuar disminuyendo la diferencia de aprendizaje entre lo logrado y el nivel de referencia a alcanzar. Se prevé asimismo que pueda encontrar una estrategia para alcanzar objetivos de aprendizaje cada vez más exigentes. Si el estudiante no alcanza a percibir alguna estrategia, simplemente se habrá aproximado lo suficiente al nivel de aprendizaje deseado siguiendo los criterios de la retroalimentación; pero si el desarrollo de una estrategia se hace evidente, el estudiante estará en condiciones para superar el nivel de aprendizaje inicial e ir superando objetivos escalables, pues comprende como autorregular y auto-gestionar su aprendizaje, esto en base a las tareas de proalimentación que el docente pueda sugerirle.

Las tareas de proalimentación están representadas en las actividades que se proponen a los estudiantes una vez que se les ha proporcionado la información respecto los resultados de su evaluación. de acuerdo a ello cualquier medio, técnica o instrumento que les permita a los estudiantes avanzar en su conocimiento hacia estadios de nivel superior, además de permitirles gestionar y/o autorregular su aprendizaje, son muestras de lo que se pretende con la proalimentación.

En base a lo especificado, se puede establecer que la tarea de proalimentación al igual que la tarea de retroalimentación, juegan un papel muy importante en relación al proceso de evaluación; estas tareas permiten representar a este proceso como un componente primordial del proceso de aprendizaje, lo cual desmitifica el hecho de ver a la evaluación como un proceso meramente punitivo. Por tanto, se puede establecer que el propósito de la proalimentación dentro de la evaluación es transformar, a diferencia de la retroalimentación cuyo propósito principal es corregir y calificar.

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